Siento una gota deslizarse por mi cuello. Mi espalda está húmeda, y mi pelo se balancea suelto sobre mis hombros. Me acerco a tu cuello y me envuelve tu olor. Amo la sensación de tu piel rozando mis labios. Abro los ojos. Te acercas aún más a mi, y me muerdes con esa dulzura que solamente tú sabes poner en un mordisco. Sonrío. Sé que, a pesar de estar en una nube, lo que más echaré en falta al llegar a mi casa… será su mirada.
Te echo de menos...
escribes muy bien, felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias, y lo mismo digo :)
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