martes, 29 de junio de 2010

Avanza

Se me hace tarde. No me refiero al hecho de que sean las 2:20 am. Se me hace tarde en otro sentido. Siento como se me escapa el tiempo y yo, demasiado indecisa para avanzar, demasiado reacia a moverme, me quedo aquí. Puedo sentir el cambio en mí, así como en las personas cercanas. Les veo avanzar. Siento que se mueven. Pero yo, la que siempre daba el primer paso sin temer a nada, ahora tengo miedo. Así lo afirmo, tengo miedo. No veo más allá. A la gente le dan miedo muchas cosas, desde algo tan pequeño como una araña, hasta algo tan grande como es el mar. A mi me doy miedo yo. A pesar de haberlo intentado tantas veces, sigo sin conocer mis límites; sigo sin saber quien soy. Es esa misma sensación que me envuelve al pensar en el infinito. Me siento pequeña, porque no conozco – ni seré jamás capaz de conocer – la inmensidad que representa. Mi mente está igualmente preparada para entender el infinito como para entenderse a sí misma. Quizá por eso no avance.

Si te dieran la oportunidad de ver el infinito, de comprenderlo… ¿Aceptarías?

Aparecería el miedo, ¿no es cierto? Puede que yo misma no acepte la oportunidad de conocerme y avanzar por la misma razón. Quizá la magia se encuentre en comprender que no me entenderé jamás del todo, así podría avanzar, y tendría la oportunidad de ir descubriendo cosas de mí poco a poco, sin la necesidad de llegar a ninguna parte, sin querer abarcarlo todo.

Las cosas siempre parecen más sencillas tras escribir unas líneas y apoyarse en un hombro amigo…

sábado, 5 de junio de 2010

Instantes de soledad.

Siento una gota deslizarse por mi cuello. Mi espalda está húmeda, y mi pelo se balancea suelto sobre mis hombros. Me acerco a tu cuello y me envuelve tu olor. Amo la sensación de tu piel rozando mis labios. Abro los ojos. Te acercas aún más a mi, y me muerdes con esa dulzura que solamente tú sabes poner en un mordisco. Sonrío. Sé que, a pesar de estar en una nube, lo que más echaré en falta al llegar a mi casa… será su mirada.

Te echo de menos...

jueves, 3 de junio de 2010

Autoconversaciones...

Piensa. ¿Conforme? No. Nunca lo he estado, ¿por qué iba a estarlo ahora? Bueno, quizá los cambios no sólo son físicos y sociales. Quizá también te está cambiando el alma. ¿Si? ¿Tu crees? Yo creo que no. Mi alma es igual de inconformista. Es mi vida la que cambia, y al cambiar me hace sentir cosas nuevas, aún cuando la base de mi alma sea la misma. ¿Si? ¿Y como lo sabes? ¿Como notas esos cambios?




Le he dado la vuelta a la duda. Jaque mate.

miércoles, 2 de junio de 2010

Y... Fin!

Se terminó. Se terminó mi etapa en la ESO. Y con ella, muchas cosas más. Ayer lo comentábamos con las compañeras de clase. Los cambios siempre son temidos por todo el mundo, les daba miedo abandonar todo lo que conocían y empezar de nuevo a conocer gente. A mi en cambio me encanta la idea. No digo que quiera perder lo que tengo, me siento muy a gusto con la mayoría de la gente con la que he compartido cosas estos cuatro años, y me da bastante pena perderlo. Aún así, se que a mi mejor amigo no lo voy a perder, que es lo más importante. Y se también que no voy a olvidar a esa gente importante con la que he compartido risas y llantos (más risas que llantos). Pero me parece un buen momento para un cambio, para abrir fronteras. Me gusta cambiar, me aburro de mi vida si no lo hago, y los cambios son geniales si hay cosas que se quedan siempre igual.

¿Y que mejor manera de celebrar el cambio que ir a un bar, tomar una cerveza, y acabar la tarde en la playa haciendo rondas de masajes?

No olvidaré nunca esta etapa, ni aquellos que la han compartido conmigo.

Gracias.