martes, 10 de agosto de 2010

Felicidad como estado de ánimo.

Llego a casa y todo se rompe. Yo, con mi sonrisa siempre pintada en la cara, me consumo en mi propio silencio. Y pienso. A veces, cuando se piensa demasiado, se llegan a conclusiones absurdas. Absurdas para el mundo, que no para uno mismo. Sea como sea, mi alegría habitual se apaga, y mi energía pasa a ser una especie de melancolía constante. Por eso procuro huir de este estado. No es que tenga grandes problemas en casa, de hecho se pueden hablar las cosas por aquí. Pero no me gusta esta atmósfera cerrada.

Hoy, lejos de aquí, he sido feliz.

Tampoco hay que irse a la selva o el caribe para ser feliz. Estaba sólo a unos kilómetros de mi casa, pero eran suficientes. Me he sorprendido contemplando el cielo, charlando sin la necesidad de pensar en nada más que en el momento en el que me encontraba, disfrutando de la brisa que se colaba por la ventana… Y sí, era feliz, allí, relajada y sin tener que preocuparme de nada. Sabía que si quería podía salir corriendo. Sabía que si quería podía ir a dar un paseo. O mojarme de arriba abajo con la manguera. Y el simple hecho de saberlo ha sido el que me ha decidido a quedarme allí, sin hacer nada de eso, pues sé que lo puedo hacer cuando quiera sin reproches ni malas caras.

Sin normas.

¿Anarquía? Quizá. Pero no como sistema político, si no más bien como reflexión, como un modus vivendi un tanto ermitaño, pues son pocas las personas capaces de aceptarlo. Paz. Eso es lo que me proporciona. Libertad. Eso es lo que he sentido. He sentido la libertad. Siempre me han dicho que la libertad tiene un precio, y a mi hoy me ha parecido un precio de lo más razonable. Me alegra haber conocido la libertad y la felicidad aún siendo tan joven. Son dos sensaciones tan nuevas como el primer orgasmo. Nunca pensamos que nos podemos sentir así, nos lo podemos imaginar mediante experiencias ajenas, pero hasta que no se prueba no se sabe realmente lo que es. Agradezco infinitamente haber encontrado personas – pocas, pero con más valor que el resto del mundo – con las que poder compartir momentos así.

Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario