martes, 7 de febrero de 2012

El arte de amar

Poco a poco, las cosas cambian. Parece que la escarpada montaña ha pasado a ser sendero transitable. Parece que esto ha sido una lección, y que vamos aplicando los conceptos. Espero seguir este sendero.
A su lado. A su lado, porque… ¿Dónde voy a estar mejor? Amo su olor. Su voz. Sus ojos. Su sonrisa. Hacerle el amor me supone la felicidad absoluta de un instante. La felicidad de creer que una vida a su lado es posible. La felicidad de saber que no es un disparate crear un futuro junto a él.
Y le hago el amor constantemente. Cada vez que le abrazo. Cada vez que le miro. O acaricio. Cada vez que pienso en él. Le hago el amor de una forma absolutamente no sexual. Me limito a hacerle el amor tratando de transmitir todo lo que siento. Y siento un escalofrío que eriza mi nuca y recorre mi espalda al imaginar su contacto.

Nadie dijo que ser feliz resultase sencillo…

… pero merece la pena sentirse así de viva.

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